- El café ardiendo y la leche fría.
- Los calcetines hasta las rodillas en invierno.
- Las uñas descascarilladas.
- La tortilla de patatas que hace mi madre cuando vuelvo de viaje.
- El hueco del cuello y el hombro: la clavícula y sus efectos.
- Pasear y tener torticollis en una ciudad con rascacielos.
- Contener las ganas de utilizar las servilleta de los bares y hacer barquitos de papel, pajaritas, claveles... y demás.
- Perderme en cualquier tienda de zapatos, con la excusa de hacer fotos a los pies.
- Hacer puntitos con rotuladores de colores en un papel en sucio.
- Comer shushi con las manos.
- Teorizar mejor que la Keyes, en las escaleras de un portal.
- Decir ''no sé'' repetidas veces cuando estoy nerviosa o no sé qué decir.
- Contar lunares.
- Unir con el dedo índice estrellas formando dibujos en el aire.
- Pintar con los dedos.
- Romper cuerdas de guitarra recién puestas.
- Experta en meter púas sin querer por el agujero de la guitarra.
- Saltar charcos, chapotear después de una tormenta.
- Bucear con los ojos abiertos en cualquier piscina.
- Escribir con pluma de tinta azul.
- Gastar los minutos de Spotify en una noche de proyectos.
- Ser autodidacta con el piano de mi hermana.
- Dormir en el coche.
- Llevar obligatoriamente papeles y bolis en el bolso.
- Mandar SMS con una palabra.
- Hacer listas interminables de cosas que tengo que cumplir.
- Conducir con el codo izquierdo apoyado en la ventana.
- Obligado helado de Stracciatella al pasar por los Italianos.
- TÚ, mi mayor vicio.