martes, 31 de mayo de 2011

Huecos ingrávidos.

Podría sostener el lleno y el vacío con dos dedos.

sábado, 28 de mayo de 2011

El fin del mundo se está alargando.

Gira a la derecha, todo recto, cruza; pasa el puente, dobla la esquina y sube esa calle que se ha convertido en el botón de acceso directo a los buenos momentos. Colgado del hombro derecho, carga el bolso rojo de cosas que sabe que no va a necesitar, ni de la cartera baja su crédito de estudiante, ni se pone a leer su libro de bolsillo y pocas veces se coloca las gafas de sol. Normalmente le gusta el caos, la improvisación, el desorden de su cabeza que no piensa y actúa sin frenos; y nunca deja de lado la innovación. Eso sí, le acojona la palabra nunca. Investiga la mecánica de vuelo con música de los 70, 80... Últimamente ensaya escenas de película por su empeño en tener tardes de cine sin guión previo:

-Yo no sé de arquitectura, hazme un dibujo.
+No tengo papel.
-Anda, toma mi brazo. Necesito un tatuaje.

Sin querer, la coincidencia y la casualidad  se cruzan y en algún momento de su tiempo sabe escoger las canciones perfectas, el momento perfecto, en el lugar perfecto. Colecciona música para la BSO de su vida y cuando puede, la comparte. Es capaz de hablar y hablar y que la callen cosas como esta:

-¿Qué parte de ''voy a hacer que dejes de estar insoportable'' no entiendes tú''?

Sí, a veces le arde la piel y quema.

En otra vida fue una romántica. En otra, pariente de Sherlock Holmes. En otra fue un pez. Y ahora... Ahora alguien le prometió el fin del mundo, cuando empezaba a vivirlo... y ella lo está alargando.

jueves, 19 de mayo de 2011

Terremoto.

Vivo en el Sur hasta en mi ciudad.
Recorro Norte y Sur todos los días, busco el centro perfecto, el punto medio; pero siempre me pierdo o me atrapan las calles.

Aquel día todo era diferente, los viernes lo son. Se me habían pegado las sábanas, me pasé la parada por sumergirme en un libro, llegué tarde y despeinada. En clase estaba como ausente. Volví a casa, solté las cosas, hice un par de llamadas y salí sin muchos planes.
Íbamos María y yo, dispuestas a escaparnos del agobio, de la escuela, a tomar aire del bueno. Cervezas, bocadillos, gin-tonics regalados, gin-tonics por capricho; gente en la gente, subidones con caída libre, momentos de bajón y de improvisación, de buscar fuerza hasta para sonreír y reaccionar a tiempo con la única droga que unos vasos con hielos medio vacíos en un banco.

Ándabamos sin rumbo, y nos paramos en el parque sin saber que íbamos a quedarnos. Paula por allí, preparando cosas del concierto, de un lado a otro como toda la semana. Ya no me acuerdo de cómo fue, pero acabamos sentadas en el bordillo, gracias a Paula; escuchando, con el parque vacío, la prueba de sonido.

-''Que esto no lo vamos a volver a vivir...''

Escuchar Amelie a pleno pulmón, y quedarme sin huesos por ese terremoto. Querer guitarras rojas y púas amarillas. Quedarnos sin voz.

El tiempo pasó demasiado rápido y creímos volver a los 15 años cuando sonó aquello de ''Como si fueran burbujas de Champagne francés.''
Rock y poesía.

Otra vez sin piel. Otra vez sin voz. Y todo esto ya, con la luna en la cabeza.


Por los planes improvisados, aquellos que siempre salen bien. Por los días que no te esperas llegar a las tantas a casa. Por las amigas que te aguantan cuando más insoportable estás, en tus más, en tus menos. Por ellas. Por el rock y la poesía.




-FIP Granada. Pereza & Benjamín Prado.-

sábado, 7 de mayo de 2011

Acelera.

Me has llenado la cabeza de libros. Me has hecho una lista de palabras malsonantes. Has intentado recrear películas mezclando ficción y presente. Me has llamado ignorante y hemos descartado las frases hechas. Has pronunciado verdades universales. Me has contado historias variopintas...